Hola amigos a continuación os describo el montaje de una miniatura en metal del dragón Smaug de El Hobbit*.
El material utilizado ha sido pegamento Super Ceys, pasta de madera al agua Promade, masilla verde de Game Workshop, pasta de modelar Das, imprimación acrílica Flat, pintura acrílica Titan Acualux, óleo de color siena tostada de Titán y barniz para cuadros Titan satinado o mate.
El primer paso a seguir es lógicamente montar las diferentes partes que componen el dragón uniéndolas con pegamento Super Ceys, previamente mediante un pequeño alambre metálico es aconsejable ir anclando dichas partes en los orificios de unión que tienen las piezas.
Una vez montadas y ancladas cada una de las piezas se rellenan las juntas con la pasta de madera al agua, una vez seca si es preciso se reconstruyen las escamas del dragón con la masilla verde.
También hemos ido preparando la plataforma sobre la que fijar el dragón, dando forma a las rocas con pasta de modelar. Una vez seca se procede al pintado de las rocas con tonalidades grisáceas y ocres y la base en verde ya que servirá de fondo para la capa vegetal que la cubrirá.
El siguiente paso es imprimir toda la pieza con el fin de que la pintura se agarre bien al metal, se ha utilizado un color ocre que servirá de base a los tonos rojizos del dragón.
Una vez seca la pintura se le da una pátina más oscura, en este caso yo lo hago con el barniz mate manchado con óleo color siena tostada permitiendo que éste penetre an las hendiduras de las escamas para que resalten más.
El paso final es proceder a fijar la figura en las rocas y decorar toda la plataforma con la vegetación.
Aqui teneis el resultado final en un diorama de Exin Castillos junto a un caballero de Elastolín.
*Smaug es un dragón que aparece en la novela El hobbit, de J. R. R. Tolkien. En ella se cuenta que era el último de los grandes dragones que quedaban en la Tierra Media y que expulsó a los enanos de la Montaña Solitaria tomando su tesoro. Dentro de la aventura emprendida por el hobbit Bilbo Bolsón en la novela, Smaug se convierte en el último obstáculo que deben superar él y la compañía de enanos a los que acompaña para recuperar el tesoro perteneciente a Thorin Escudo de Roble, heredero de Thrór, el último rey bajo la Montaña.
Fue el dragón más grande de la Tercera Edad del Sol. Era de gran porte, de color rojo-dorado, con enormes alas de murciélago, una piel de impenetrables escamas de la dureza del acero y una inteligencia superior a la de la mayoría de dragones en la Tierra Media. Por esos motivos se considera el dragón más poderoso en la historia de Arda después de Ancalagon. Su único punto débil, el vientre, estaba protegido casi por completo por una capa de piedras preciosas y oro, incrustadas en su piel tras yacer durante siglos sobre el tesoro del Reino bajo la Montaña. Esa protección fallaba, sin embargo, en un único punto desprotegido, que permitía ver la suave piel de debajo.
El dragón Smaug el Dorado, llegó desde las lejanas Montañas Grises, en el norte de la Tierra Media, atraído por las inmensas riquezas que habían acumulado los enanos en el año 2770 T. E. Allí arrasó la Ciudad de Valle, junto a la montaña y después mató o ahuyentó a todos los enanos que se encontraban en el interior de la montaña. Durante dos siglos durmió satisfecho sobre su tesoro en el interior de Erebor hasta que en 2941 T. E.; Bilbo y los enanos robaron un copón de doble asa de su tesoro, lo cual le enfureció y le movió a atacar de nuevo Esgaroth, la ciudad del Lago Largo.
Bilbo y los enanos se ven favorecidos pues Bardo (que después pasó a ser el primer rey del Valle), durante el ataque a la Ciudad del Lago; mató a Smaug clavándole una flecha en la única parte de su vientre desnuda de joyas. Pudo hacerlo porque el cuervo Roäc, al que Bilbo y los enanos habían informado de esa debilidad, le avisó de su punto débil. La flecha que derribo a Smaug no era un flecha cualquiera, era la Flecha Negra, un arma de considerables cualidades mágicas y de poder gigantescamente superior al de una flecha normal, sus cualidades mágicas fueron lo que hirieron más profundamente al dragón ya que una flecha normal incluso en su punto débil se hubiera roto o habría rebotado, la flecha siempre era recuperada por Bardo después de su uso, aparentemente no la recupero después de derribar a Smaug, ya que nadie se atrevía a acercarse al lago donde yacía el cadáver en putrefacción de Smaug y aún menos al cuerpo.
Con la muerte de Smaug los grandes dragones se extinguen de la Tierra Media.
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